Introducción
Prohibir a los compradores extranjeros adquirir propiedades en Portugal podría parecer una solución fácil a la actual crisis inmobiliaria del país. Sin embargo, este no es el caso. En realidad, la propuesta tendría efectos negativos sobre el turismo y los precios inmobiliarios en Portugal. En este post, explicaremos por qué prohibir la entrada de compradores extranjeros no es la solución a la crisis y sugeriremos algunas medidas alternativas que podrían ayudar a resolverla en su lugar.
Partido BE
El partido BE es un partido político de Portugal. La propuesta de prohibir la entrada de compradores extranjeros no es la solución a la crisis inmobiliaria. Si quiere comprar una propiedad en Lisboa, aún puede hacerlo si tiene pasaporte de la UE o está casado con un ciudadano portugués.
Propuesta BE
El partido BE ha propuesto prohibir la entrada de compradores extranjeros.
El partido BE quiere prohibir las compras por parte de empresas y particulares extranjeros, así como las segundas residencias. También quieren ilegalizar la compra de propiedades en Portugal por parte de residentes no permanentes (como estudiantes o turistas).
Impacto en el mercado inmobiliario
Prohibir la entrada de compradores extranjeros en Portugal no mejorará la crisis inmobiliaria ni afectará al mercado. Lo mismo ocurre con los precios y el número de transacciones, que no se han visto afectados por la introducción de tales prohibiciones en otros países. De hecho, ¡no hay ninguna razón para que esto sea diferente aquí!
La verdad es que en la inversión inmobiliaria intervienen muchos factores, como la oferta y la demanda, pero también la ubicación y el momento (es decir, si se ha comprado en el momento adecuado). También se podría argumentar que los extranjeros no suelen comprar propiedades porque quieran un lugar permanente, sino que tienden a alquilarlas como una oportunidad de inversión”.
Impacto en el turismo
El turismo es una parte importante de la economía portuguesa y una de sus fuentes más importantes de divisas. Según las estadísticas del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), representa alrededor del 10% del PIB en Portugal, lo que significa que el turismo aporta más de 15.000 millones de dólares anuales a nuestra economía.
No sólo es una buena noticia para la economía; el turismo también crea empleo y genera beneficios sociales como el patrimonio cultural o la protección del medio ambiente. El turismo también ayuda a preservar nuestra identidad nacional, ya que nos permite mantener vivas tradiciones como festivales de música como la Festa do Avante, celebraciones religiosas como las procesiones del Viernes Santo en Lisboa u Oporto; experiencias culinarias en restaurantes tradicionales como la Casa da Cerca, cerca de la Universidad de Coimbra, donde estudié mi máster; lugares históricos como el Castillo de Pena, cerca de Sintra…
La propuesta de prohibir la entrada de compradores extranjeros no mejorará la crisis inmobiliaria.
Como país, debemos considerar la crisis de la vivienda como un problema de oferta y demanda. Los compradores extranjeros no son la causa principal de nuestros males; sólo agravan una situación ya de por sí grave.
De hecho, se calcula que sólo el 5% de las transacciones de vivienda en Portugal implican a compradores extranjeros. Prohibirlas no haría más que empeorar una situación ya de por sí mala, al reducir la inversión en promoción inmobiliaria y construcción (un sector que da empleo a miles de personas), al tiempo que no resolvería los problemas subyacentes de nuestro mercado de la vivienda.
Conclusión
La propuesta BE no es la solución a nuestra crisis de vivienda. De hecho, sólo empeorará las cosas. Si queremos resolver este problema, tenemos que buscar otras formas de ayudar a las personas que tienen dificultades para pagar sus hipotecas o alquilar un lugar donde vivir.
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